El Castigo es un Fracaso del Educador.
El castigo es un fracaso del educador: si el educador, mediante razonamientos, explicaciones, etc., consigue educar o cambiar una conducta, es que tiene éxito. Cuando no lo consigue es cuando debe recurrir al castigo. Si los padres y educadores fueran mejores en su "trabajo" y supieran conseguir con otras técnicas lo que se proponen, seguramente no deberían castigar.
